viernes, 11 de marzo de 2011

11M. 7 años de la masacre (por Nando L.)

Estupor, impotencia, angustia, miedo, tristeza, repulsa, incredulidad, odio, asco, perplejidad, dolor, rabia…
Madrid amaneció el día 11 de marzo de 2004 con el estruendo del mayor atentado de la historia en España. Entorno a las 7:30 horas, y de forma simultanea, estallaron 10 bombas en las estaciones de El pozo del tío Raimundo, Santa Eugenia y Atocha.
Me desperté esa mañana con la imperante actualidad que azotaba mis oídos. No lo podía creer. ¿Cómo pueden suceder estas cosas?. Fue un día de auténtica confusión. Sí, habían perdido la vida 192 seres humanos. No sé lo que pasa por la mente de una persona que está decidido a volar por los aires varios trenes repletos de trabajadores y gente de bien.
Enseguida se movilizaron todos los medios necesarios para atender a los afectados, tanto oficiales como personas anónimas que se afanaban en ayudar con todas sus fuerzas ante el panorama tan dantesco que se abría paso delante de sus ojos.
Inevitablemente, nuestro primer pensamiento fue encaminado a ETA como responsable de los atentados. El mismo gobierno, presidido por el Sr. Aznar y en boca de su Ministro del Interior Sr. Acebes, nos aseguraba “sin ningún lugar a dudas” que la banda terrorista ETA había colocado los artefactos. A media mañana comienza a filtrarse que AL-QAEDA había reivindicado los atentados en un periódico londinense y, por otra parte, Arnaldo Otegui consideraba improbable la autoría de ETA.
Hoy sabemos que estas afirmaciones sin sentido no eran más que una táctica partidista de cara a las inminentes elecciones generales. No podían permitir que estos brutales atentados fueran relacionados con la incompresible participación de España en la guerra de Irak. En estos mismos momentos comprendimos el precio que estábamos pagando por la famosa foto de los Sres. Blair, Bush y Aznar en las Azores.
Todo español de bien se echó a la calle para manifestarse por lo que creía que era una sinrazón y con la esperanza de que no tuviéramos que vivir de nuevo unos días tan duros como los sufridos hace 7 años.  
Es triste pensar en los fallecidos, pero hoy quiero, por encima de todo, recordar a los heridos y a los familiares de todas las victimas de este brutal atentado. Actualmente siguen sufriendo las secuelas físicas y psíquicas que el atentado les dejó marcadas como a fuego para todo lo que les queda de vida.
Hoy vivimos con la esperanza de que se acaben los actos terroristas en todo el mundo. Y como decía aquel “Tarde o temprano todo llega”, y esperemos que el fin de la violencia llegue pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en todo tus comentarios, menos en uno,mientras haya extremistas,y a los políticos ,solo les interese el voto...nunca será erradicada,por desgracia nuestra...

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