lunes, 11 de abril de 2011

¿Nucleares? No, gracias (por David)

Fukushima ha reabierto el debate sobre la energía nuclear. Curiosamente, por este motivo, muchos gobiernos europeos han adelantando la revisión de todas las centrales nucleares que existen en sus territorios, a fin de garantizar su seguridad. La pregunta consiguiente es de cajón: si una semana antes del desastre japonés eran seguras, por qué ahora no. Se afirma que esta energía es la que más controles de seguridad tiene, sin embargo, el problema con la energía nuclear es que basta un fallo, un accidente, una situación que desborde nuestra capacidad de control, para que el territorio contaminado quede inhabilitado para la vida durante centenares de años, con las secuelas aparejadas para todos los seres vivos a los que alcanzó la radiación.
A los que acostumbran a medir todo en términos económicos y defienden que la energía nuclear ayuda a abaratar el recibo de la luz, lo sucedido en Japón debería hacerles recapacitar. Porque es cuando suceden este tipo de accidentes, cuando tenemos que calcular los costes de la energía nuclear. Todos, no solo los costes de producción, sino también los derivados de los residuos y de los accidentes como éste. Con la comprobación de las consecuencias de los accidentes nucleares, mucha gente no está dispuesta a correr con los terribles riesgos de tener una central cerca. Que se lo pregunten a las decenas de víctimas de Chernóbil.
Todos los partidos deberán aclarar sus políticas energéticas y explicar a la ciudadanía sus planes en esta materia. En España existen seis centrales nucleares y también estamos expuestos a cualquier capricho de la naturaleza que provoque otra catástrofe. En el último programa electoral del PSOE quedaba reflejado la eliminación de todas ellas cuando fueran acabando su vida útil, pero con la crisis económica tuvieron que repensar esta afirmación. Sin embargo, con los últimos acontecimientos japoneses, de nuevo el debate está en la calle.
Bajo mi punto de vista, nuestros gobernantes deberían seguir fomentando el desarrollo de las nuevas energías renovables. Afortunadamente nuestro país tiene unas condiciones naturales propicias para ello y estamos obligados a ser líderes en energía solar, eólica e hidroeléctrica, entre otras. Ojalá en el futuro los tiros vayan por ese camino y podamos presumir de ser un país limpio en materia energética y puntero en todo lo concerniente a su desarrollo. Pienso que ésta es la única manera de seguir avanzando en la modernización de la producción de energía y debería encauzarse de manera que pueda servir para crear nuevos yacimientos de empleo.

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