lunes, 30 de mayo de 2011

Malnacidos (por Nando L.)

Según la Real Academia Española de la Lengua, malnacido se define como indeseable o despreciable. Estos son adjetivos que calificarían perfectamente a las alimañas que se han dedicado durante tantos años al robo y venta de bebés. Pero voy más allá, igual de malnacidos son los “padres” receptores que a sabiendas del delito que se estaba cometiendo han sido cómplices de estos despreciadores de la vida humana. Como es tónica general en mis post, no soy partidario generalizar y por supuesto, también hay padres que pensarían que estaban haciendo un bien a ese niño que en teoría había quedado desvalido y huérfano.
Es asqueroso pensar como miembros de todas las clases sociales, políticas y eclesiásticas han mantenido durante años un negocio surgido durante la dictadura de Franco cuya materia prima han sido los bebés arrebatados a sus padres con oscuras mentiras y despreciables artimañas con el único fin de lucrarse. Son personas que no han tenido en cuenta el dolor de familias enteras azotadas por la pérdida de uno o varios seres que han ido gestando durante nueve meses en sus entrañas.

A pesar de todo, hoy en día se abre una ventana de esperanza para aquellos padres que algún día sintieron como les arrancaban un pedazo de vida. La Asociación Nacional de Afectados de Adopciones Irregulares (Anadir) ha decidido acudir a la fiscalía de España con la esperanza de que abra una causa que les permita encontrar a las madres, padres, hijos y hermanos que buscan. El fiscal general ha recibido una denuncia por el robo de 261 bebés en toda España. Las declaraciones de las víctimas conocidas a través de los medios de comunicación españoles son desgarradoras: “Me dijeron que se había muerto al nacer y ya lo habían enterrado. Nunca vi el cadáver”, dice una mujer sobre un caso de 1967. “Tuve a mi hijo en mis brazos, pero por más que me resistí, me lo quitaron”. “Era un varón y estaba aparentemente sano. Sin embargo, al día siguiente, la monja que ejercía de enfermera dijo que había fallecido por causas respiratorias. Prohibieron a mi familia ver el cadáver”, dice la hermana de un supuesto niño desaparecido. “Llevo 45 años buscando a mi hijo”, asegura una más. El método a seguir por estos delincuentes era siempre el mismo, engaño a la madre asegurándole que su bebé ha muerto, búsqueda de compradores, pago, e inscripción como hijo propio.
Esperemos que todo llegue a buen puerto y la mayoría de las madres, padres, hijos y hermanos separadas al nacer puedan disfrutar de lo que un día les arrebataron y que no es más que el calor y el amor de su verdadera familia.

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